La tradición dicta que, con ocasión del sacramento de la Comunión, se regale oro como un bien sólido, auspicioso para el futuro. Collares, pendientes, anillos: los clásicos regalos que cualquiera elige o ha recibido.
Sin embargo, a partir de hoy hay una novedad: puedes optar por comprar un lingote de oro. Las manos que sostienen la hostia son símbolo de protección y amor. Regalar un lingote de oro con este grabado es una forma de decirle al niño que siempre está rodeado del cariño de sus seres queridos.